sábado, 13 de junio de 2009

Inteligencia Superior

INTELIGENCIA SUPERIOR

Fernando es un niño de cuarto grado de primaria, es un alumno con inteligencia superior a la normal. Cuando la docente prepara las sesiones de aprendizaje, las hace pensando en la mayoría de los alumnos. Los ejercicios tienen un cierto grado de dificultad para resolverlos, lo cual no es un problema para Fernando.
Los demás niños necesitan entre diez y quince minutos para terminar los ejercicios, él los resuelve en ocho minutos.
Entonces pide qué hacer a la profesora. Los demás se impacientan porque se ven interrumpidos y le piden a gritos que no moleste.
La profesora le pide a veces que ayude a los que tienen mayor dificultad. Sin embargo el resultado es que esos niños resuelven los ejercicios por la ayuda de Fernando, pero sin haber entendido lo que han realizado. Es más lo resuelven aún antes que los demás. La profesora se encuentra en serias dificultades para llenar los vacíos que Fernando mismo promueve sin proponérselo debido las destrezas que ha desarrollado en la solución de los ejercicios.

¿Es oportuno que Fernando sea trasladado a otro colegio con mayores exigencias o ha de quedarse en el actual para seguir ayudando a los que menos aventajados?
¿Es provechoso que los alumnos menos aventajados logren terminar sus trabajos sin haber aprendido el nuevo conocimiento?

lunes, 8 de junio de 2009

Muerte del Siervo Sufriente

MUERTE Y SEPULTURA DEL SIERVO (Is 53: 7 - 9): ¿en qué sentido?


INTRODUCCIÓN

La cuestión de la muerte y la sepultura del Siervo de Yahveh, está directamente relacionada con la identificación de este personaje en el así llamado Deuteroisaías, los capítulos 40-55 del libro del profeta Isaías. A su vez la identificación del Siervo de Yahveh, se relaciona con la doctrina veterotestamentaria del sufrimiento por otros, no al estilo del sufrimiento vicario, es decir sufrir al puesto de alguno o algunos en favor de un tercero o terceros, el Siervo sufre debido a los pecados, a las iniquidades del pueblo que está en el exilio, sufre injustamente. Esto debido a que para hablar de la muerte y sepultura de alguien, primero se debe saber ¿quién es el que muere y cómo es que se le sepulta?, ¿por qué es que muere, si por muerte natural, por una muerte causada o por una muerte voluntaria?; ¿por qué es que recibió este título de Siervo un sujeto anónimo en los así llamados cantos del Siervo de Yahveh?, en todo caso ¿cómo hay que entender esta muerte?
Preguntas todas que no son de fácil respuesta, sobre todo porque no hay unanimidad entre los estudiosos a la hora de sugerir una, cada quien da una respuesta ateniéndose al tipo de interpretación que elija, cada quien arriba a conclusiones diversas y a veces encontradas.
Así, estudiando los cuatro cantos como tradicionalmente se han contado desde que B. Duhm los individuó (42: 1 - 4; 49: 1 - 6; 50: 4-9; 52: 13 - 53: 12) en la última década del siglo pasado, por una lado, las interpretaciones giran en torno a tres tipos; por otra parte, estos mismos cantos no siempre son tomados con los mismos versículos, hay quienes como Fischer proponen, por ejemplo: 42: 1-7; 49: 1-9a; 50: 4-9(10s); 52: 13-53:12.
Los tres tipos de interpretación son: una colectiva que ve en el pueblo de Israel al Siervo de Yahveh, otra individual que trata de identificar al Siervo con un personaje histórico y, la interpretación mesiánica que ve en el Siervo a la persona de Jesús de Nazaret, leyendo los cantos a la luz del Nuevo Testamento, a las que todavía se puede incluir una cuarta interpretación llamada interpretación mixta, es decir, la que intenta fusionar la interpretación individual con la colectiva. De cualquier manera todas estas interpretaciones son válidas, en los cantos hay espacio para cada una de ellas. No se puede aquí exponerlas una por una por la brevedad del trabajo, remitimos a la bibliografía. Me referiré solamente a la interpretación colectiva y a la interpretación individual, en tanto que sirve para aclarar el tema de la muerte y sepultura del Siervo, aunque también para delimitar el presente trabajo.
Es de notar, igualmente, que el título de Siervo, es un título que en la historia de la salvación lo han recibido diversos personajes de cara a la labor que realizaron ante Yahveh, como mediadores entre el pueblo y Yahveh, tales como Moisés (cf. Ex 14: 31; Núm 12: 7-9; Jos 1: 13.15; etc.), Abraham (cf. Sal 105: 6), David (cf. Is 37: 35) entre otros, incluyendo a no israelitas como Nabucodonosor (cf. Jer 25: 9), Ciro, aunque solamente se le alude no se menciona directamente su nombre (cf. Is 41: 2; 43:10), así mismo este título honorífico Yahveh da al pueblo en su conjunto (cf. Is 41: 8s; 42: 19; 44: 1.2.21; 45: 4; 48: 20; Jer 30: 10).
Ahora bien, por qué el Siervo recibe este título, lo dice el mismo Deuteroisaías: debido a que ha sido llamado por Yahveh para cumplir una tarea, una misión que se puede subdividir a su vez en tres, la primera es la de la palabra, es decir, una misión profética, hablar en nombre de Dios, la segunda de acuerdo a 42: 1-4 su misión se presenta con las características de un rey y, la tercera es la de sufrir para salvar al pueblo que se encuentra en el exilio, tiene la misión de obtener el perdón de los pecados a través de su muerte, sufre injustamente, es inocente, y lo más insólito, Dios lo permite. Pero, cuando se ha intentado individuar al Siervo de Yahveh, como se ha dicho arriba, los autores están divididos y no existe una última palabra, la discusión está abierta.
Como aquí la tarea que me propongo es hablar de la muerte y sepultura del Siervo de Yahveh, para esto he de tomar el estudio del cuarto canto. De aquí, lo primero a delimitar es a cual de las interpretaciones he de atenerme, este es el problema más agudo de este trabajo, de plano puedo decir, me atengo a la interpretación individual, pero esto necesita explicarlo, porque detrás de esta interpretación las hipótesis son muchas, cada una sugiere un nombre diverso para el Siervo. Optar por esta interpretación, significa explicar el por qué de la elección de cara a las otras interpretaciones. Este será el tema a exponer en la primera parte del trabajo.
Lo segundo a delimitar es que sobre la muerte y sepultura del Siervo, se habla solamente en el cuarto canto, específicamente en 53: 7 -9, versículos que en principio tienen más de un problema a nivel lingüístico e interpretativo, es decir, de una lado se leen diversamente de acuerdo las variantes de los códices, de otro lado, hay quienes piensan y abogan por una muerte real del Siervo, hay otros que dicen que se debe hablar de una muerte simbólica del Siervo. Esto trataré de exponerlo en la segunda parte del trabajo.
Finalmente, en una tercera parte trataré de hacer una apreciación crítica a lo que se ha estudiado, algo así como un balance. Las fuentes a la que he recurrido van del año 1951 en adelante, iniciando con Fischer hasta Grelot que data su última entrega al respecto en el año 1994. Naturalmente no hago referencia a todos los autores en el transcurso de esos años, la bibliografía es inmensa, sería demasiado extenso y pretensioso. Debo señalar que, en algunos casos no he logrado acceder al dato de cuando salió la primera edición de la obra o el artículo que he consultado, en todo caso señalo el año o número de edición de los mismos.

ASUMIENDO EL PROBLEMA

Antes de hablar directamente del cuarto canto a partir de los versículos que son el cometido de este trabajo, una primera afirmación que sirva como marco es algo referente a los cuatro cantos en su conjunto, esto es, que la interpretación de estos cantos, es uno de los problemas más discutidos de la exégesis, algo en el que definitivamente los autores están de acuerdo. Se cree que es un conjunto de cantos añadidos posteriormente[1], pero se acepta la autenticidad de los cantos respecto al todo del Deuteroisaías (Is 40-55), es decir, entran dentro de la lógica del conjunto del libro del segundo Isaías, otros piensan que el profeta escribió los tres primeros y se duda de la paternidad del cuarto canto porque habla de la muerte del Siervo, pero que está en sintonía con los precedentes, entonces, se cree que fue elaborado por uno de los discípulos del profeta, y hay quiénes creen que escribió los cuatro, aparte de que cada uno tiene un género literario distinto[2].
Ahora bien, respecto al sufrimiento del Siervo de Yahveh, ya en 42: 4 se puede percibir una indirecta mención al tema; en 49: 4.7 aparece ya claramente; en 50: 4-9 se presenta al Siervo en pleito con sus adversarios, es insultado y maltratado por ellos, pero el Siervo confía en el auxilio de Yahveh. Esta intervención de ayuda que parte de Yahveh aparece en 52: 13-53:12, y justamente es el cuarto canto donde termina de narrar la historia del Siervo, con un final victorioso, aunque también una muerte injusta y violenta.
La pregunta sobre la identidad del Siervo, no es de fácil respuesta[3]. De las tres interpretaciones, la primera, la interpretación colectiva que ve en el Siervo al pueblo de Israel, como dije más arriba tiene lugar en base a menciones precisas: Is 41: 8s; 42: 19; 44: 1.2.21; 45: 4; 48: 20, de tal manera que parece justificarse de que el Siervo de Yahveh es Israel.
Sin embargo, esta interpretación según Fischer, tiene la dificultad de que si se mira más de cerca los cantos, se hallan tan profundas diferencias entre Israel como Siervo de Yahveh y el de un Siervo anónimo que presenta los cantos, que la identificación entre ambos queda excluida. La vocación del Siervo de Yahveh de los cánticos es fundamentalmente distinta de la de Israel como Siervo de Yahveh. Si ciertamente en 41: 9 se dice que Dios llamó a Israel, esto no demuestra que Israel recibiera una vocación en favor de otros como el Siervo anónimo de los cantos. Este tiene una vocación activa tanto en Israel como entre los paganos, tiene que transmitir una nueva doctrina (42: 1-4), Israel no tiene más misión que la de observar la Torá. El Siervo anónimo de los cánticos tiene una misión como la de Moisés y de Josué, imposible por tanto, que sea idéntico con el pueblo de Israel,[4] que también es mencionado como Siervo.
De la misma opinión es Schökel, en el sentido que de acuerdo a los pasajes: 49: 5-6; 53: 8, el Siervo anónimo y el pueblo de Israel quedan contrapuestos[5]. Basten estos dos ejemplos, mejor, dos opiniones como muestra de la discrepancia que existe en la interpretación de los cuatro cantos.
Con respecto al mismo cuarto canto, de igual manera, se le ha interpretado bajo los tres tipos mencionados, del lado de la interpretación colectiva se puede mencionar a Bonnard entre otros[6], cada uno con matices propios, ven en el Siervo al pueblo de Israel o a un “resto de Israel”, que se encuentra en el destierro. La interpretación colectiva tiene la mayoría de seguidores, lo cual no significa que sea la más válida, simplemente se debe a los presupuestos que asumen en la interpretación.
Bajo la interpretación individual, se puede contar a Fischer[7], Westermann[8], Whybray[9], Schökel[10], entre otros; lógicamente, en este caso también existen los matices de autor a autor, por ejemplo cuando se habla de la identificación del Siervo se ha sugerido una diversidad de nombres, empezando desde Abraham hasta el mismo Deuteroisaías, he contado hasta catorce nombres[11]. De entre ellos, con Whybray[12] y Schökel, la más aceptable me parece la que opta por ver en el Siervo al mismo Deuteroisaías, aún cuando Fischer considera insostenible esta interpretación[13]. En todo caso aquí la tomo como válida, en tanto que es una de las posibilidades de interpretar el cuarto canto, lo cual me sirve también como punto de delimitación del presente trabajo. Esto implica asumir, por otro lado, que los tres primeros cantos han sido escritos por el Deuteroisaías y que el cuarto canto habría sido escrito por un discípulo de éste. De otra manera no se explica cómo es que consta la muerte, sepultura, y la vuelta la vida del Siervo, hablando usando la tercera persona en vez de la primera persona de haber sido escrito este cuarto canto por el mismo Deuteroisaías.
Las razones para asumir esta postura de la interpretación individual son las siguientes: una primera, es que para poder hablar del sufrimiento y la muerte a causa de los pecados del pueblo en el exilio del Siervo de Yahveh, a partir del cuarto canto, sólo tiene sentido si se trata de un individuo en concreto. Porque de admitir que en el cuarto canto se habla de Israel como pueblo, como sí se podría constatar en los tres primeros cantos, unas veces directamente se menciona a Israel, otras se puede leer entre líneas (42: 1ss; 49: 1ss; 50: 4ss), no se podría hablar de una muerte de Israel como pueblo, ¿cuándo habría ocurrido ésta muerte? a no ser que se quiera suponer que esta muerte, estaría haciendo referencia a una “muerte política”, ocurrida con la caída de Jerusalén del 586 a. C. y la sepultura del Siervo sería la permanencia de Israel en el destierro. Esto, sin embargo, significaría datar el sufrimiento vicario en época preexílica, identificando así al Siervo con uno de los últimos reyes, como Yoyakín, por ejemplo. Y que la vuelta a la vida, sería la vuelta del destierro. Esto me parece demasiado, me sabe a estar forzando el texto.
Por otro lado, J. A. Soggin, leyendo el cuarto canto desde el esquema de los salmos de lamentación individual aboga por una muerte simbólica, tomada hiperbólicamente, es decir poéticamente, porque entenderlo como lo entendió la versión de los LXX, como una verdadera muerte, es una paráfrasis el sentido del v. 8 queda como desfigurado. Entonces se podría desde las lamentaciones sálmicas, donde alguien esta al borde la muerte, es salvado por Yahveh, Sal 31:23; Sal 88: 5 -7; Ez 37: 11, aquí el verbo gzr designa una situación desesperada, aunque es de anotar que en Sal 31: 23 el verbo no es gzr sino grz, que es sinónimo del verbo gzr en tanto que significa separar. Igual gzr en paralelismo con nikrat min de Jer 11: 18 -20 tiene el significado de ser “arrancado de”. En otras ocasiones, como en P (tradición sacerdotal), nikrat min tiene su sentido propio, es decir de muerte. A menudo el anuncio de la muerte en los lamentaciones va en paralelismo con las alusiones a la fosa, al sepulcro, al šeol. Esto de la fosa encaja con el v. 9 lo que es un importante ingrediente de la Lamentación. Para hablar de la muerte real siempre se usa el verbo krt. Pero queda la dificultad que en las lamentaciones se habla siempre de uno mismo, no hay ni un solo caso en el que se hable de otra persona como en el cuarto canto. Soggin admite que hay dificultades en esta interpretación de la muerte del Siervo y mucho mas la resurrección del siervo, pero si se acepta que se trata de la muerte del Siervo como hipérbole, al modo de la lamentaciones individuales, entonces todo el lugar adquiere un sentido claro y continuo[14].
Otra verdad, es que el cuarto canto se presenta con la cualidad del misterio, no revela un nombre, el Siervo es anónimo, lo vemos así en su estructura es: 52: 13-15: habla el Señor, es decir, Yahveh; 53: 1: inicia a hablar un grupo anónimo; 53: 2-11aa: este grupo narra la biografía de un personaje; 53: 11ab-12: retoma la palabra el Señor. No se sabe con seguridad quién es el Siervo, pero existen de él algunas referencias en el conjunto del libro: es presentado por el Señor 42: 1-7; hay una autopresentación del Siervo: 49: 1-6, lo cual ya nos dice algo. Igualmente en 42:1; 44:26; 50:10; 52:13 y 53:11 el Siervo es un personaje anónimo.
Y si este mensaje lo situamos hacia los años del exilio 587-539 a. C., que es la época en la que actuó el Deuteroisaías, comparándolo con profetas anteriores, especialmente con Jeremías (627/26 - 587/6 a. C.), no es raro que un profeta haya sufrido a causa de su pueblo (Jer 15: 10-18; 20: 17-18), o con Ezequiel que predicó en los años del destierro entre el 593 y el 571, que a su vez sufrió (2: 4-6; 3: 4-9; 33: 30-33), no sería totalmente descabellado postular un tal sufrimiento en el mismo Deuteroisaías, con la diferencia que llegó hasta la muerte y lo sepultaron entre los malhechores nunca antes se habló en el Antiguo Testamento en estos términos. Volveré a hablar al respecto en la tercera parte del trabajo, es decir, la manera como hay que entender esta muerte.

MUERTE Y SEPULTURA DEL SIERVO

Tal como tengo dicho, el asunto de la muerte y la sepultura del Siervo se trata en el cuarto canto: 53: 7-9. Una primera cosa es presentar este pasaje con sus problemas a nivel lingüístico. Para esto presento una traducción mía, teniendo como punto de referencia la traducción de la Biblia de Jerusalén y la de A. Schökel, -en el caso de Whybray no presenta una traducción completa de cada de estos versículos, como hace en todo su libro, pero tiene como punto de referencias la versión de la RSV (Revised Standard Version) cuando presenta alguna variante lo haré notar-, aunque presento algunas variantes, de cualquier modo ofrezco las cuatro versiones:


B. de Jerusalén
A. Schökel
A. Arirama
RSV
53:7 Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca.
53: 7 Maltratado, aguantaba, no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja muda ante el esquilador, no abría la boca.
53: 7 Fue oprimido, y el se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja ante los que la trasquilan, está muda, tampoco él abrió la boca.
53:7 He was oppressed, and he was afflicted, yet he opened not his mouth; like a lamb that is led to the slaughter, and like a sheep that before its shearers is dumb, so he opened not his mouth.

Así, en cuanto al v. 7 el verbo nagas las veces que aparece en el Antiguo Testamento (AT) bajo la forma nifal tiene el significado de “ser oprimido” o de “ser maltratado” (cf. 1 Sam 13: 6; 14:24; Is 3:5; 53:7), aunque Lisowsky solamente entiende como la forma nifal a los textos de I Sam 13:6; 3:5; 53:7[15]; este es el significado que también asume Whybray[16], por su parte Schökel asume el sinónimo de maltratado. De cualquier manera cuando se revisa los textos este verbo siempre se usa en un contexto de violencia, en el sentido de sufrir violencia externa, una violencia física. Igualmente las otras veces que aparece este verbo en el AT, 19 veces, sea como qal participio o como qal imperfecto, se refiere a un opresor o a un sujeto que causa cualquier tipo de opresión, de violencia física o de cualquier tipo de aflicción (por ejemplo cf. Ex 3:7; 6:10; 2 Re 23:35; etc.).
El v. 7, en este sentido cuando usa el verbo en cuestión, se refiere a una situación de violencia física de la que es sujeto el Siervo. Lo que sigue es que a estos hechos el Siervo no puso resistencia, por eso el “se humilló” expresa muy bien esta actitud, asemejándose a un cordero que va camino al degüello o a una oveja que es trasquilada, no abre la boca, no protesta, sufre en silencio. Con esta actitud el Siervo también tiene semejanza con Jeremías que usa el mismo simbolismo para hablar de sí mismo (cf. Jer 11: 19)[17]. Según Schökel la imagen de la oveja ante el esquilador y el cordero conducido al matadero, apunta el tema del juicio y la condena[18], de la misma opinión es Westermann[19].
Todavía Whybray añade un comentario sobre el hecho de que el Siervo tampoco abría la boca, en el sentido de que los comentaristas no se ponen de acuerdo en si el autor repitió lo anterior de que “esta muda” con este “no abría la boca” deliberadamente por un efecto poético o si es un error del copista[20], al respecto, Westermann dice que el no abría la boca cobra sentido si se lee entendiéndolo en relación al hecho de que el Siervo estaba sufriendo una violencia física infligido por otros[21].

B. de Jerusalén
A. Schökel
A. Arirama
RSV
53:8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus con-temporáneos, ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de su pueblo ha sido herido;
53: 8. Sin arresto, sin proceso lo quitaron de en medio, ¿quién meditó en su destino? Lo arran-caron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron.
53:8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de su generación, ¿Quién se preocupa? Porque fue arrancado de la tierra de los vivos; por la rebeldía de mi pueblo ha sido herido.
53:8 By oppression and judgment he was taken away; and as for his generation, who considered that he was cut off out of the land of the living, stricken for the transgression of my people?


Ahora en cuanto al v. 8, es uno de los versículos más problemáticos debido a la incerteza del significado de las dos primeras frases: “Tras arresto y juicio fue arrebatado y de su generación, ¿Quién se preocupa?”, partiendo desde el original Hebreo, el término ‘oser, es de significado incierto. Schökel propone una probable proveniencia de r"zo( que significa “defensor”[22], y traduce “sin arresto y sin proceso fue quitado de en medio”, dando al término mišpat el significado de “proceso”, afirma luego que el sentido de la frase tiene la connotación de un juicio y condena injusta, entendida no como una condena injusta obrada por parte de Dios, sino como un destino dispuesto y querido por Dios[23].
Por su parte Whybray para el término ‘oser propone “arrestar / detener” o “encarcelamiento / detención” (la traducción es mía), en tanto que el verbo ‘asar es usado en ambos sentidos y en tanto que el significado de mišpat es “juicio”, el significado más probable es “después de arresto y juicio fue arrebatado” , así mismo no cree que el verbo lukkah deba significar “muerto” o “fue ejecutado”, sino que fue conducido a prisión[24].
A su vez Westermann luego de hacer notar la diferencia en la traducción de diversos autores entre ellos North, Engnell y Mowinkel, concluye, que cualquiera sea la manera de entender la frase “del arresto y del juicio fue arrancado fuera” (traducción mía de su comentario, versión italiana), esta habla de una acción forense violenta sufrida por el Siervo[25].
De todo esto la primera frase: “tras arresto y juicio fue arrebatado”, en definitiva, da entender que el Siervo se encuentra en una situación de violencia del v. 7 y en un proceso forense injusto, ante el cual no protesta, no se defiende, no tiene un defensor, no apela a nadie.
La segunda frase: “y de su generación ¿quien se preocupa?, es prácticamente otro enigma, primero, porque el término dôr es igualmente de significado incierto, primero, va precedido de la copulativa we’ y de la partícula ’et que normalmente designa el objeto de un verbo, pero en este caso dôr es un sustantivo, que tiene varios significados, usualmente significa “generación” y todo el campo semántico que abarca este término como “contemporáneos, descendencia, antepasados”, también puede significar como derivado o afín a “generación”: “época, etapa, ciclo, edad”, incluso puede significar “morada” o “vida” (entendida como ciclo de la existencia)[26].
Westermann[27] propone como significado el sinónimo de “generación”: “estirpe” y recoge igual que Whybray[28] la propuesta de G.R. Driver de dar a dôr el significado de “destino” o “situación”, como proveniente del acádico dûru y del arábico dauru(n). Este último sentido de “destino”, no está lejos de encerrar el significado de dôr en este caso, dado el contexto de su uso refiriéndose al Siervo. Lo cual conduce a tentar una interpretación de la frase en el sentido de que del Siervo nadie se preocupa, está solo. Esto iría en consonancia a lo que insinuaba en la primera frase, nadie lo defiende. Así se abarca los dos significados de “generación” y “destino”, es decir, nadie se preocupa de él, y está solo, nadie se ocupa de su situación, nadie le presta atención.
Lo que sigue “porque fue arrancado de la tierra de los vivos”, la connotación de esta frase es la muerte del Siervo, no sería un problema aceptar el significado literal de la frase si no habría una diferencia en la descripción de los sufrimientos del Siervo del v. 3-6, aquí se habla de dolencias, de heridas, de cardenales, se entrevé, en esta descripción una posible enfermedad, pero no se precisa de cual enfermedad se trata, ni se puede insinuar que se trate de la lepra, el texto no lo precisa, tampoco habla de muerte, solo de sufrimientos, de dolores(cf. Sal 22).
Por otro lado, se podría tomar esta tercera frase del v. 8 en el sentido como en los cantos de lamentación habla el orante: Lam 3: 54: “Sumergieron las aguas mi cabeza: dije: >>¡Estoy perdido!>>, donde se usa el mismo verbo gzr para expresar “estoy perdido”, en una situación desesperada, bajo la forma nifal perfecto, solo que en la primera persona del singular, en vez de la tercera del singular como es el caso del versículo en estudio. Lo que en el v. 8 se enfatiza, es que el Siervo está cercano a la muerte al decir de Whybray[29], mejor diría yo, al borde de la muerte. Esto hace juego con la presentación del Siervo en el cuarto canto: “mi Siervo prosperará, será enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera” (52:13) y con los versículos siguientes (14-15), dan también una clave de lectura global del cuarto canto, donde el Siervo pasa de la humillación a la vida, de la muerte a la vida (53: 10-12)[30].
Ahora bien, la última frase: “por la rebeldía de mi pueblo ha sido herido”, leo como en el TM (Texto Masorético) ‘ammî (“de mi pueblo”), hay la otra posibilidad de lectura que presenta el aparato crítico de: IQIsa ‘mw (que lee : ‘ammô: “de su pueblo”), efectivamente así lo lee la Biblia de Jerusalén. La BHS (Biblia Hebraica Stuttgartensia) en vez de mippeša‘ propone mippiš‘âm (por sus pecados). Lo que sigue nega‘ lamô puede tener el significado de “ha sido herido” o en sentido genérico de dolencia de que se ha enfermado, ha sido golpeado por una enfermedad. De cualquier manera, de acuerdo a la clave de lectura que he adoptado en el párrafo precedente, el sentido de esta última frase del v. 8 es el sentido superlativo del sufrimiento, el Siervo ha sufrido gravemente, ha sido golpeado seriamente por una dolencia, que no se sabe de que género sea, pero si sabe la causa “por la rebeldía de mi pueblo”. Esta ultima afirmación da pie para reforzar la afirmación de que estos hechos están siendo narrados por un tercero, un discípulo del profeta.


B. de Jerusalén
A. Schökel
A. Arirama
RSV
53:9 y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
53: 9 Le dieron sepultura con los malvados y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
53:9 Le asignaron con los malvados su sepultura y con los malhechores su tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
53:9 And they made his grave with the wicked and with a rich man in his death, although he had done no violence, and there wasno deceitin his mouth.


Siguiendo con la clave de lectura adoptada en el versículo precedente, el v. 9 inicia con el impersonal wayyitten del verbo ntn que literalmente debe traducirse “se le dio”, pero como lo propone IQIsa se podría leer al plural wayyitenû “le asignaron”, que es otra de las acepciones del verbo ntn. Esta frase cobra sentido si a continuación se lee “con los malvados su sepultura”, como corresponde desde una lectura literal por la presencia del sufijo personal de la tercera persona en qibrô, como lo anota Whybray, esto debido a que los enemigos del Siervo lo creían prácticamente muerto (‘as good as dead’) y como era considerado un criminal convicto estaba bien sepultarlo entre los criminales[31]. Whybray mismo señala que es una característica de los salmos de lamentación que los enemigos del orante gozan suponiendo que el sufriente está en un punto de muerte y compara este versículo con un verso de cierto poema de origen babilonio “Mi tumba estaba esperando, y mi funeral con los avíos preparados” (‘My grave was waiting, and my funerary paraphernalia ready’)[32].
Siguiendo con la lectura literal viene “y con el rico su tumba”, observa bien Whybray cuando señala que ciertamente el lugar la tumba del rico junto con la de los malhechores es tremendamente improbable, y no tiene sentido con el conjunto del versículo. Entonces, es mucho mas plausible leer con ciertas enmendaciones propuestas que en vez de ‘ašîr se podría leer ‘osê ra‘ “agentes del mal” o se‘îrîm “demonios”, o como ‘ašîr significando “rico” no hace juego con el conjunto de la frase, en cambio si se lo relaciona con una palabra proveniente del Árabe, “rechazado, populacho o inmundicia, multitud” (refuse, rabble), cobra mayor sentido. Prosiguiendo con “su tumba” daría “con los malhechores su tumba”, esta es, así mismo, la lectura que propone Schökel. Whybray tomando una enmendación propuesta por W.F. Albright, apoyándose en la lectura que hace IQIsa propone leer “y su tumba en una altura entre los posos (los segregados) de la sociedad” (“and his burial mound among the dregs of society”)[33].
El v. 9 termina con “por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca”, que no es otra cosa sino, a juicio mío, la confirmación de la inocencia del Siervo y que ha recibido tal desprecio en hecho de ser contado entre los malhechores, entre los que no cuentan para nada, por eso es que prepararon para él una tumba que confirme el gesto de desprecio.


VALORACIÓN DE LO ESTUDIADO

Llegado hasta este punto dando una mirada hacia atrás, aún me quedan preguntas. Es verdad que he llegado a proponer una lectura desde el esquema de los salmos de lamentación respecto a la muerte y a la sepultura de Siervo, una pregunta fundamental es que lo que el texto Hebreo presenta es la muerte y la sepultura de un individuo anónimo, que ha sido narrado por un tercero refiriéndose a un tercero, en ambos casos sin nombres: ¿En la intención de este narrador, de este poeta, de este orante, de este profeta o discípulo de profeta ha estado presente usar el esquema del salmo de lamentación?. Al menos en ciertos aspectos de los salmos de lamentación se encuentran parecidos con este cuarto canto y se podría tomarlo como un canto de agradecimiento, en opinión de Whybray al salir de la cárcel el profeta habría elaborado este canto[34], en la mía por un discípulo del profeta, pues se habla en tercera persona del Siervo.
Lo que queda claro es que de acuerdo al esquema de los salmos de lamentación se justifica una lectura como la que he presentado, pero también es cierto que este canto en el que se encuentra los tres versículos que han sido estudiados, se diferencian de los salmos de lamentación, pues, no es el salvado el que cuenta su historia y aquellos que hablan de él, de sus dolores, de sus sufrimientos y de la misma salvación del Siervo, a su vez son salvados por estos sufrimientos. Esto resulta una nueva doctrina en la tradición profética y en la tradición entera de la religión judía, el Siervo no sufre en lugar de los pecados del pueblo en el exilio, es decir no se trata directamente de un sufrimiento vicario, sino a causa de los pecados del pueblo, sufre debido los pecados del pueblo, no suple, se trata de un sacrificio de reparación, como lo anota Grelot, aunque ciertamente con otro tipo de interpretación[35] .
Otra pregunta no menos importante es: ¿En el mensaje final de este pasaje del Deuteroisaías, qué es lo que Dios quiere comunicar? Pienso que se encuentra en sintonía con el conjunto del mensaje del libro del Deuteroisaías, Dios está a punto de obrar un nuevo éxodo, Dios perdona los pecados, Dios renueva su amor con el pueblo en el exilio, una nueva alianza, un nuevo comienzo, es más un mensaje que se abre incluso a todas las naciones, una nueva creación, en definitiva una historia que continua con renovados impulsos, gracias a la fidelidad de Yahveh y al obrar sufriente de su Siervo. Por todo esto aún si no hubiera optado por identificar al Siervo con el mismo profeta Deuteroisaías el mensaje que deja es claro, Dios quiere y salva siempre, valiéndose de los medios que más cree conveniente. En este caso, paradójicamente, con el sufrimiento de un inocente.

Para terminar, me queda aún una última inquietud, el hecho que aquí solamente he estudiado tres versículos, para comprenderlo en su totalidad, pide un estudio del entero cuarto canto. Sirva este estudio como un punto sino de partida, al menos de referencia, como línea orientadora para abordar el cuarto canto.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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[1] Cf. FISCHER, J, Siervo de Yahveh, in:. (a cura di) HAAG,H. - VAN DEN BORN,A. - DE AUSEJO,S., Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 19879 ,1848.
[2] Cf. SCHÖKEL L./ SICRE DIAZ J.L., Profetas, Comentario, Vol I, Cristiandad, Madrid, 19872, 273; sobre la cuestión de los géneros literarios en los cantos se puede ver: WESTERMANN, C., Isaia Capitoli 40-66, Traduzione e Commento, Paideia, Brescia 1978, 31-33 .
[3] Cf.GRELOT, P., I Canti del Signore. Dalla Lettura critica all’ermeneutica, Bologna: Edizioni Dehoniane, 1983, 22.
[4] Cf. FISCHER, J., art. cit., 1849.
[5] Cf. SCHÖKEL L./ SICRE DIAZ J.L., op. cit., 273.
[6] Cf. VARO, F., “El cuarto canto del Siervo (Is 52, 13-53,12). Balance de diez años de investigación (1980-1990)”, Scripta Theologica 22 (1990), 524; en el mismo libro de: BONNARD, P. -E., Le Second Isaïe, son disciple et leurs éditeurs: Isaïe 40-66 (Études Bibliques; Paris: Gabalda, 1972, 272.
[7] Cf. FISCHER, J., art. cit. 1849.1851.
[8] Cf. WESTERMANN, C., op. cit., 318.
[9] Cf. WHYBRAY, R.N., Isaiah 40-66, The New Century Bible Comentary, Grand Rapids, London 1990, 176ss.

[10] Cf. SCHÖKEL./ SICRE DÍAZ J.L., op. cit., 274.
[11] Ibid., 274.
[12] Cf. WHYBRAY, R.N., op. cit., 171ss.
[13] Cf. FISCHER, J., art. cit., 1854
[14] Cf. SOGGIN, J.A., “Tod und Ausferstehung des leidenden Gottesknechtes Jesaja 53, 8 -10”, ZAW 87 (1975) 346-355.
[15] Para estas afirmaciones normalmente tengo como base la versión de Bible Windows; cf. también: LISOWSKY, G. Konkordanz zum Hebräischen Alten Testament, Destsche Bibelgesllschaft, Stuttgart, 19583, 901.
[16] Cf. WHYBRAY, R.N.,op. cit., 176.
[17] Ibid., 176.
[18] Cf. SCHÖKEL L./ SICRE DIAZ J.L., op. cit., 332.
[19] Cf. WESTERMANN, C., op. cit., 319
[20] Cf. WHYBRAY, R.N.,op. cit., 176.
[21] Cf. WESTERMANN, C., op. cit., 319
[22] Cf. SCHÖKEL L. A., Diccionario bíblico hebreo-español, Trotta, Madrid, 1994, 584.
[23] Cf. SCHÖKEL L. A./ SICRE DÍAZ J.L., op. cit., 332.
[24] Cf. WHYBRAY, R.N., op. cit., 177.
[25] Cf. WESTERMANN, C., op. cit., 319.
[26] Cf. SCHÖKEL L. A., Diccionario bíblico hebreo-español, Trotta, Madrid, 1994, 174-175.
[27] Cf. WESTERMANN, C., op. cit., 319-320.
[28] Cf. WHYBRAY, R.N., op. cit, 177.
[29] Ibid. 177.
[30] Cf. SCHÖKEL L./ SICRE DIAZ J.L., op. cit., 330; WHYBRAY, R.N., op. cit., 171; WESTERMANN, C., op. cit., 309-310; FRANCO, E., La morte del servo sofferente in Is 53, in: Atti della XXVII Settimana Biblica, Associazione Biblica Italiana, Paideia, Brescia, 1984, 225; y con las particularidades que presenta: SOGGIN, J.A., Art. cit., 346-355.
[31] Cf. WHYBRAY, R. N., op. cit., 1777-178.
[32] Ibid., 178.
[33] Ibid., 178.
[34] Cf. WHYBRAY, R.N., op. cit., 171-181.
[35] Cf. GRELOT, P., Serviteur de YHWH, Quatrième Poème, DB Sup. XII (Fasc. 69: 1994), 1994, 991.