martes, 18 de agosto de 2009

JUAN EL BAUTISTA DE MARCOS

Uno se pone a pensar y por qué cuatro evangelios, si el evangelio es solamente uno. No hay una sola respuesta.
De hecho Marcos mismo nos da una respuesta a su modo. Porque cada uno ha tenido una experiencia distinta frente al hecho Jesús.
Resulta que Marcos cuando empieza a presentar al bautista lo hace tomando dos citas del Antiguo Testamento y atribuyéndolas solamente a Isaías. Nadie va a saber la respuesta correcta, salvo conjeturas.
Dice el creador del género evangelio, “como está escrito en el profeta Isaías”, seguramente a él no le importaba dar una cita exacta, o tal vez como hijo de su tiempo, no tenía los libros del Antiguo Testamento, como lo tengo yo ahora, en versión impresa, como los clásicos libros de la era de la imprenta y en versión electrónica como lo dicta los tiempos modernos. Es probable que solamente recordara una lectura anterior y por ello pone la cita del profeta Malaquías y del profeta Isaías, como si fueran una única cita.
Lo importante de este mensaje es que hay un precursor del Mesías, y ese precursor es Juan el Bautista. Alguien que viene a preparar el camino al que viene detrás de él.
Históricamente, Juan el Bautista, aparece actuando en medio del desierto, predicando un bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
He aquí la preparación del camino del Mesías. No son carreteras, ni mucho menos autopistas perfectas para que corran los autos de último modelo. Es la preparación de las personas que confiesan sus pecados y reciben un bautismo, un baño de conversión, en las aguas del río Jordán. Es decir, para acoger a Jesús, es necesario estar en paz, es menester una vida según los preceptos de Dios. Es necesario hacer un desierto, darse un espacio en la soledad, para pensar y dar paso al cambio de vida.
Ahora bien, Juan, es un hombre sencillo habituado a los sacrificios, lleva un vestido de pelo de camello, un vestido tosco, no es de suave lino para aplacar las inclemencias del sol del desierto, es un vestido de penitencia. Tampoco banquetea, come langostas y miel silvestre, tiene un cinto de cuero a la cintura. En suma es un hombre diferente a los predicadores de su tiempo, quienes están bien vestidos y predican en el templo.
Juan no se predica a sí mismo, habla de alguien que viene detrás de él, frente a quien no se siente digno de desatar la correa de sus sandalias, porque es alguien mucho más poderoso que él. Además, indica que él apenas bautiza con agua, sin embargo cuando Él venga bautizará con el Espíritu Santo.
Este que prepara el camino, también bautiza a Jesús, que viene desde el norte, de Galilea, a recibir este bautismo de conversión.
Hay una señal misteriosa, cuando Jesús es bautizado, Juan vio que los cielos se abrían y veía como el Espíritu descendía sobre Jesús como una paloma. Se oye una voz: Tu eres mi hijo amado en ti me he complacido. Es decir, eres de mi agrado.
Los signos de este Jesús que se presenta en Marcos, es un Jesús dado a la penitencia, dado a una vida muy cerca de Dios.
Con esto Jesús ya esta preparado para iniciar su misión. Ha dado el primer paso y ahora vienen cosas nuevas con Él. Juan el bautista muy pronto desaparecerá de escena.