martes, 12 de enero de 2010

Evangelios y Hechos de los Apóstoles

EVANGELIOS Y HECHOS

1. FORMACIÓN DE LOS EVANGELIOS
¿Cómo llegaron los evangelios al estado actual en que los tenemos? Lucas en su prólogo dice: “He decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden” (Lc. 1,3)
Confiesa Lucas que, para llegar a la redacción de su evangelio, ha realizado un trabajo de investigación de recogida de materiales. ¿Qué materiales eran esos? ¿De dónde procedían esos materiales? ¿Cómo se formaron esos materiales?
Podemos distinguir tres grandes etapas en la formación de los evangelios:
Primera Etapa: En primer lugar está la base: la persona de Jesús, con todo lo que él hizo y dijo.
Segunda Etapa: En segundo lugar: los recuerdos de Jesús en la comunidad y en la predicación. Esto se conoce como:
 Tradición oral: Es fácil imaginar lo que sucedió una vez desaparecido Jesús: los que le conocieron y trataron hablaban de él, recordaban sus dichos, sus hechos y daban testimonio de él ante los no cristianos. Se tiene entonces, una tradición que se desarrollaba en varios niveles:
 En la Predicación (Kerigma) a los no cristianos (judíos y gentiles). Recordamos a Pedro en el día de Pentecostés. Cómo testigo de Jesús cumple con fidelidad su encargo de anunciar el evangelio a todos los hombres. Este anuncio se ciñe fundamentalmente al mensaje básico: muerte, resurrección y glorificación de Jesús tras una vida consagrada a hacer el bien.
 En la Catequesis y Liturgia (didajé) dentro de los grupos de los grupos de discípulos: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” (Hch. 2,42). En estos momentos el material transmitido era mucho más amplio: recordaban los dichos y hechos de Jesús.
 En otros momentos de reunión más informal: por las casas (Hch. 5,42), los problemas e interrogantes de la vida les llevaría a encontrar en palabras o comportamientos de Jesús una luz para su conducta. Estas transmisiones orales se van matizando de acuerdo con el tipo de comunidad: judeo cristiana, griego cristiana.
 Puesta por escrito: Paralelamente, sin dejar pasar los años, tuvo que ir produciéndose también la puesta por escrito de estos recuerdos de Jesús, aunque naturalmente de forma muy fragmentaria. Más adelante hubo sin duda quien se dedicaría a ir coleccionando esos fragmentos, formando pequeño repertorios por temas afines: parábolas, milagros. Todo esto se puede suponerlo para los primeros 20 años. Posteriormente se llegó con toda seguridad a colecciones más extensas. Se suele hablar de un amplio conjunto de dichos (Q) que podría corresponder al llamado evangelio arameo de Mateo, que se ha perdido, y de otros de hechos (pre Marcos) perdido también. Esto entre los años 50 a 60.
Tercera Etapa: En tercer lugar, y a partir del año 60, tenemos la redacción definitiva de los evangelios tal cual hoy tenemos. Esta redacción definitiva tuvo sin duda presente esos materiales anteriores, pero no para hacer con ellos una simple recopilación. A los evangelistas debemos considerarlos como auténticos redactores que organizan los materiales preexistentes en función de un fin preciso, así lo postulan: la unidad de estilo, el plan estructurado, la concepción teológica, entre otros.
2. EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
) El vocablo evangelio
 Evangelio, significa Buena Nueva (eu-angelion) Esta palabra preexistía a su empleo en el NT en el griego clásico: era el sacrificio ofrecido con ocasión de la buena noticia.
 En el griego helenístico: la buena noticia en sí misma, sobre todo para anunciar el anuncio de victoria militar. Hablando del emperador Augusto se dice: “El día del nacimiento del Dios Augusto ha sido para el mundo el comienzo de una buena noticia (euangelion) recibida gracias a él” (Insc. En Pirene, Asia Menor)
 En el AT (en los setenta) aparece unas 20 veces como verbo y 6 veces como sustantivo: Is 52, 7; 61, 1 (Lc 4, 18-19)
 En labios de Jesús Mc 1, 14
 En labios de los discípulos: 1Co 15, 1
 Escrito: pasa de contenido a continente. Los evangelista crean un género literario recogiendo hechos y dichos de Jesús (Mc 1, 1)
) Número de evangelios
 El canon del NT tan sólo admitió cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan)
 Quedan al margen los llamados evangelios apócrifos = oculto.

) El género literario ‘evangelio’
 Es un género literario que se caracteriza por ser histórico-kerigmatico, según W.S. Vorster y también Segala)
 No son una ‘biografía de Jesús’, pues quedan muchos aspecto y periódos de su vida sin historiar, y los datos de su vida pública tampoco tiene un orden cronológico.
 Son ante todo testimonio de fe, el anuncio hecho por creyentes de una buena noticia que ellos quieren comunicar a otros.
) Formación de los evangelios: tradición oral, puesta por escrito
Tres grandes etapas:
 La persona de Jesús, con todo lo que él hizo y dijo.
 Los recuerdos de Jesús en la comunidad y en la predicación: a) el la predicación (Kerigma) a los no cristianos (judíos y gentiles) (Hch 2, 14-40); b) en la catequesis y la liturgia (didajé) (Hch 2, 42); c) en reuniones informales en la casas (Hch 5, 42); d) en esta misma etapa hay algunos escritos de estos recuerdos, colección de fragmentos (fuente Q) que podría corresponder al llamado evangelio arameo de Mateo, un pre-marcos, perdidos ambos. Años 50-60.
 La redacción definitiva de los evangelios, a partir del año 60. los evangelistas son auténtico redactores en función de un fin preciso: eso se ve en la unidad de estilo; el plan estructurado; la concepción teológica.
) La cuestión sinóptica
Lleva este nombre el problema resultante de la semejanza y desemejanza existente entre los tres sinópticos.
 Son llamativas las semejanzas, sobre todo si los comparamos con el evangelio de Juan. Tienen un esquema uniforme: los tres dividen el evangelio en dos grandes bloques: Ministerio en Galilea y ministerio en Jerusalén; y dentro de esos bloques el material se distribuye con notable coincidencia.
 La narración no procede cronológicamente, sino se compone de pequeños relatos aislados.
 La coincidencia llega en ciertos momentos incluso a la literalidad (Lc 5, 17-26; Mc 2, 1-12; Mt 9, 1-8)
 Las diferencias: materiales empleados por unos y desconocidos por otros. Diferencias notables a la hora de tratar un mismo tema (Lc 15, 1ss: Solamente lo tiene este evangelio; Mt 5-7, es exclusivo de Mateo; Mc 7, 31-37; 8, 22-26; no tiene paralelo en los otros dos evangelios)
 Los sinópticos contaron con dos fuentes fundamentales: una de hechos preferentemente (preMarcos) y otra de dichos (Q= de la palabra alemana ‘quelle’ = fuente) Marcos contó con la primera, pero no con la segunda; esto explica el que el evangelio de Marcos sea más corto y apenas figuren en él parábolas y otras sentencias de Jesús, como el discurso del monte. Por su parte Mateo y Lucas habían tenido acceso a las dos fuentes, tal vez a través de Marcos para la primera. A ello habría que añadir otras fuentes particulares para los datos exclusivos tanto de Matero como de Lucas.
) Historicidad de los evangelios
Antes de abordar este punto con datos de los evangelios hay que decir una palabra sobre las fuentes no cristianas sobre Jesús. Los textos más antiguos que se conservan son los siguientes:
 Plinio el Joven (Hacia 110), legado de Bitinia, escribe al emperador Trajano pidiendo instrucciones sobre el modo de proceder con los cristianos: “Afirmaban éstos que su crimen, o si se quiere, su error se había reducido a haber tenido por costumbre, en días señalados, reunirse antes de rayar el sol y cantar, alternando entre sí a coro, un himno a Cristo como Dios. Terminando todo esto, decían que la costumbre era retirarse cada uno a su casa y reunirse nuevamente para tomar una comida ordinaria e inofensiva”.
 Tácito (hacia 115), historiador romano. Al referirse a la persecución de Nerón, después del incendio de Roma del 64, escribe: “Llevan por nombre (cristianos) de Cristo, que fue mandado a ejecutar con el último suplicio por el procurador Poncio Pilato durante el imperio de Tiberio”.
 Suetonio (hacia 120), historiador romano; en su ‘Vida de Claudio’ escribe: “Expulsó de Roma a los judíos que, por incitación de Cresto, se amotinaban continuamente”
 Flavio Josefo, judío muerto en Roma el 98. En su libro ‘Antigüedades judías’ hay varias menciones de Jesús. El texto más antiguo y verídico dice:”Por esta época hubo un hombre sabio, llamado Jesús, de buena conducta; sus virtudes fueron reconocidas. Y muchos judíos y hombres de otras naciones se hicieron discípulos suyos. Pilato lo condenó a morir crucificado. Pero los que se habían hecho discípulos suyos predicaron su doctrina. Contaron que se le había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo. Quizás era el Mesías de quien los profetas habían dicho cosas prodigiosas”.
Ahora bien, los evangelios no se escribieron durante la vida de Jesús; no hubo ningún periodista o cronista que fuera tomando nota día a día de los hechos y dichos de Jesús, sino que se escribieron 30 o 40 años después de Jesús. De ahí que es relevante preguntarse: ¿responderá a la realidad de los acontecimientos todo lo que dicen los evangelios?
 El Jesús histórico y el Cristo de la fe
Algunos estudiosos más radicales afirman: “no podemos saber prácticamente nada sobre la vida y la persona de Jesús” (Bultmann). Motivo: Porque entre el Jesús de Nazaret (el Jesús histórico) y el Jesús de los evangelios (el Cristo de la fe) está la comunidad cristiana que durante esos años fue creando una figura idealizada de Jesús: los evangelios serían el producto no de lo que sucedió en realidad sino de lo que la comunidad cristiana creyó o se figuró sobre Jesús.
Es cierto que entre los sucesos y la definitiva redacción de los evangelios transcurrió un cierto periodo de años, pero hay que preguntarse: ¿Realmente la comunidad primitiva pudo llegar a crear un Cristo fantástico en desconexión con el Jesús de la realidad?
No se puede exagerar la actuación creadora de la comunidad. A su frente estaban los apóstoles, que ciertamente tuvieron preocupación por transmitir con fidelidad el mensaje que ellos habían recibido de Jesús.
En Hch 1, 15-26 se ve que eligen, en sustitución de judas, a uno que haya sido testigo desde el principio; cuando el evangelio comienza a expandirse por Samaría, desde Jerusalén bajan Pedro y Juan para supervisar y confirmar (8,14ss). El concilio de Jerusalén tiene una función de revisión (15,1ss).
Pablo en sus cartas corrige las desviaciones (Gal 1, 6-9; 1Co 5, 1-13) Todo esto es señal de que los apóstoles se sentían responsables de la fe de las comunidades y ejercían esta responsabilidad.
Esto no quiere decir que los mismos apóstoles, después de la Pascua, no hubieran llegado a tener sobre Jesús una comprensión más profunda y exacta que la que habían tenido antes; y esto no va en contra de la exactitud histórica sino que la sitúa en su justo puesto.
Por otro lado, en los mismos evangelios se dice que los apóstoles no entendían (Lc 9, 45; Jn 2, 13-22); Jesús les dijo que con el Espíritu Santo recibirían comprensión más plena (Jn 16, 13).
Entonces los evangelios, narran acontecimientos que se desarrollan en la historia, pero interpretados en la fe, releídos a la luz de la Pascua, profundizados en relación con la Escritura y en función de las necesidades de las nacientes comunidades.
 ¿Cómo llegar hasta los acontecimientos?
Para intentarlo hay que servirse de la crítica literaria y de la crítica histórica.
La crítica histórica permite constatar hasta qué punto los textos evangélicos reproducen los hechos y dichos de Jesús, y la crítica literaria llevará a la comprensión de los textos.
Así, existe una ciencia que se llama exégesis, que busca estudiar críticamente los textos para llegar a precisar lo que muy probablemente dijo Jesús. Se sirve para ello de criterios negativos y positivos.
Criterio negativo: la desemejanza. Es decir, se puede afirmar que es de Jesús todo lo dicho que no tenga correspondiente en el ambiente judío en que vivió Jesús ni en la naciente Iglesia. Por ejemplo, cuando Jesús se enfrenta a las costumbres judías; todo lo que podría desprestigiar a Jesús: tentaciones, pasión, muerte…
Criterios positivos: Formal: correspondencia entre el mensaje de Jesús y su forma de expresión: la estructura bimembre, la formulación paradójica, parábolas. Lingüístico: frases arameas en boca de Jesús (Mc 5, 41). Histórico: la doctrina y palabras de Jesús armonizan con el texto local-temporal judío, pero superado por la personalidad de Jesús (discursos sobre la impureza legal, el templo…no tendrían sentido en una comunidad pagano-cristiana.
En un segundo momento la hermenéutica, después que la exégesis haya descubierto lo que dice el texto, se puede intentar a dilucidar lo que nos dice, es decir, interpretar. Esta interpretación conlleva para el estudioso una operación de aproximación, a fin de poder percibir desde nuestra mentalidad actual lo que fue dicho y escrito en un ambiente social, cultural y religioso distinto.
Y tras la explicación viene la implicación: este texto nos interpela hoy, ¿cómo puede iluminar nuestra vida? Pero la actualización no puede prescindir de la escucha previa, atenta y ‘objetiva’ del texto.
3. EL MENSAJE DE LOS EVANGELIOS
c) EL REINO DE DIOS
Marcos presenta a Jesús iniciando su predicación, que resume en las siguientes palabras: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio” (Mc 1, 15)
Jesús viene con una preocupación, viene a realizar un proyecto, y este proyecto consiste en implantar el Reino de Dios.
En Mc y Lc es esta la expresión “Reino de Dios”, en Mc aparece al menos 14 veces, en Lc aparece 31 veces, pero Mt emplea más bien el término ‘Reino de los cielos’, aparece 32 veces. Ello obedece a la costumbre judía de evitar pronunciar el nombre de Dios. Se cree que Jesús habría utilizado el término ‘Reino de los cielos’, porque se acomodaba al lenguaje usual de su entorno.
El contenido de esta expresión era familia en el AT, se considera a Yahvé como el rey de Israel (Jc 8, 23), igual, en tiempo de la monarquía, el Reino de Dios tiene un soporte humano, los reyes remplazan la realeza de Yahvé (2S 7, 13-14)
Jesús hace de esta concepción veterotestamentaria el punto de partida y centro de su predicación: con sus palabras (parábolas, discursos y sentencias) y sus actos (los milagros, que son signos de la presencia del Reino y hacen entrever su significado)
Según, Jesús, el Reino de Dios es la nueva relación entre Dios y los hombres que El mismo viene a instaurar.
Este Reino tiene un carácter espiritual, le despoja el carácter político-nacional y acentúa su dimensión moral y espiritual (Jn 6, 15; 18, 36)
El Reino tiene carácter actual, Jesús, lo hace presente: Mc 1, 15; 2, 19; Mt 9, 37; 11, 11-12.
Tiene un carácter universal; no está reservado al pueblo judío, sino que es para todos (Mt 8, 11s; Lc 13, 29); pero exige condiciones (Mt 5, 3-12; 11, 25; 18, 1-4)
Durante su vida la causa del Reino de Dios se identifica con la suya (Mc 10, 29; Mt 13, 4; Lc 18, 29)
En resumen, Jesús en su predicación invita a aceptar el Evangelio, es decir, la buena nueva, y esta buena nueva consiste en que el Reino de Dios está ya presente.
c) LAS PARÁBOLAS
La palabra griega ‘parabolé’ significa ‘comparación’, y corresponde al término hebreo mashal, que, sin embargo tiene un significado más amplio: comparación, alegoría, proverbio, adivinanza.
El evangelio, bajo este término de parábola ofrece toda esta amplia gama de matices que encierra este término hebreo.
La finalidad de las parábolas es clarificar las ideas, ayudar a su comprensión. El mismo Jesús pronuncia la parábola de la lámpara que no enciende para ponerla debajo de la cama sino en el candelero, a fin de que alumbre (Lc 8, 16).
Hay parábolas de la buena nueva del Reino de Dios (Mc 2, 19; Lc 5, 36s) Otras parábolas tratan sobre las exigencias del Reino de Dios (Mt 11, 16s; Lc 12, 54s; Mt 23, 37s) Y un tercer grupo de parábolas de la consumación del Reino de Dios (Mt 13, 24s; 13, 47)
c) LOS MILAGROS
Jesús habla: evangeliza, y actúa: hace milagros. Los milagros no son un simple apoyo a sus palabras, sino que ellos son también evangelio; nos transmiten el mensaje salvador de Jesús.
Forman una unidad inseparable con la predicación del Reino de Dios; lo que habla y lo que hace van juntos.
 Historicidad de los milagros de Jesús
A finales del s. XVIII se inició el ataque contra la historicidad de los milagros. Actualmente, se admite la historicidad de los milagros apoyándose:
- En el examen interno de los evangelios: la acusación de magia diabólica lanzada contra Jesús, atestiguada por los evangelistas, y ciertamente no inventada por sus discípulos, ‘’resulta inexplicable si no es en base a unos acontecimientos auténticos que la motivasen22 (Hans Küng) Los acusadores judíos no discuten el hecho de los milagros sino el de su procedencia: Dios o Satanás.
- En datos extrabíblicos: Josefa (“realizaba obras prodigiosas”); Talmud (“ha practicado la hechicería”)
Lo cual no quiere decir que hay que creer que los sucesos ocurrieron exactamente tal como se narran; hay que contar con el proceso de elaboración por parte de la tradición y, desde luego, la redacción final de los mismos.
 Significado de los milagros
Jesús mismo valoró la fuerza de los milagros: “las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de Mí…aunque a Mí no me creáis, creed por las obras” (Jn 10, 25.38)
Los milagros no son simplemente hechos maravillosos que superan las fuerzas naturales y que, consiguientemente, se atribuyen al poder de divino. Igual, son también signos de algo.
- Signos de la llegada del Reino de Dios
Si los milagros son también evangelio, entonces, la buena nueva que anuncian es la presencia del Reino de Dios; son signos de la llegada del Reino (Mt 12, 28); Jesús es el esperado y viene para implantar el Reino de Dios, tal como lo dice Jesús a Juan el Bautista por medio de sus enviados (Mt 11, 4-5)
- Otros posibles significados
• Respuesta a la fe puesta en él: Mc 2, 5; 5, 34; Mt 15, 28.
• Manifestación de su compasión: Lc 7, 13
• Confirmación de su mensaje: Jn 10, 38
c) MUERTE Y RESURRECCIÓN
Además de la predicación y los signos para que Jesús haga presente el Reino de Dios, hay también, dos hechos fundamentales que son la Muerte y Resurrección de Jesús.
La Muerte y Resurrección de Jesús son anunciadas repetida y solemnemente a lo largo de los evangelios y ellas ocupan gran parte de los relatos evangélicos.
Por eso se puede afirmar que el bloque inicial de los evangelios fue el relato de la Pasión-Muerte y Resurrección de Jesús, al que se fueron añadiendo dichos y hechos de Jesús.
El kerigma inicial tal como se recoge en el libro de los Hechos, consiste en la proclamación del hecho de la Muerte y Resurrección de Jesús.
El núcleo central de la buena nueva (=del evangelio) es, consiguientemente, el hecho de la Muerte y Resurrección de Jesús. Gracias a su Muerte y Resurrección se ha implantado el Reino de Dios.
 La muerte de Jesús, decisiva para implantar el Reino de Dios
Jesús vino para ser Salvador (= para implantar el Reino de Dios); así se afirma con anterioridad a su nacimiento: “Le pondrán por nombre Jesús, porque el salvará a su pueblo de sus pecador” (Mt 1, 21)
La pregunta a la que ahora se tiene que responder es la siguiente: ¿Debió o no debió morir para ser salvador? Sin duda que pudo ser salvador sin necesidad de morir; pero la cuestión es si en el plan concreto e histórico de salvación, tal cual sucedió, entraba o no entraba dentro de ese plan de salvación.
Hoy en día se leen frases como ésta: “La muerte de Jesús en la cruz no fue el resultado de una decisión del Padre sino la consecuencia de su pretensión y de una forma de vida, el resultado final de una vida entregada por la causa del Reino de Dios” (IITD)
De acuerdo con esta opinión tendríamos que concluir que la muerte de Jesús fue un mero accidente; murió porque tuvo la mala suerte de que le mataran. Según eso, la muerte de Jesús, en el plan salvífico, no sería necesaria para implantar el Reino de Dios.
Los que así piensan dirán también que los evangelios tan sólo notifican helecho de la muerte de Jesús, pero no nos dan su interpretación. El hecho de que la interpretación de la muerte de Jesús se encuentre ampliamente desarrollada en San Pablo no quiere decir, sin embargo, que los evangelios no ofrezcan también datos suficientes de interpretación:
• Jesús anuncia por tres veces su muerte y resurrección (Mc 8, 31-33; 9, 30-32; 10, 32-34 y paralelos) Jesús sabía lo que le iba a suceder, pero no simplemente como un suceso previsible, a causa del género de vida que llevaba de enfrentamiento con los dirigentes. Lo sabía porque había venido para eso (Jn 12, 27)
• Con ocasión de las pretensiones de los hermanos Santiago y Juan, Jesús afirma: “que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10, 45)
• En la última cena dice: “Esta es mi sangre de la Alianza que es derramada por muchos para perdón de los pecados” (Mt 26, 28; Mc 14, 24; Lc 22, 19.20)
• El relato de la agonía (Jn 12, 23-32; Mt 26, 39-45; Mc 14, 35-41; Lc 22, 41-44) presenta su muerte como un dato de una planificación hecha de antemano.
• Por lo demás ésta era una idea presente ya en el AT (Los cánticos del Siervo de Yahvé Is 53)
Entonces, la muerte de Jesús estaba en los planes de Dios, como manifestación de máximo amor: (Jn 15, 13; 12; 24) en una palabra “la muerte de Cristo es, en realidad, muerte de la muerte y, por tanto, apertura definitva al triunfo de la vida” (L. Alvz. Verdes)
 La Resurrección de Jesús, cumbre de su acción salvadora
Como se ha dicho, Jesús implanta el Reino de Dios con los hechos de su vida y particularmente con su Muerte y Resurrección. Ni la Muerte de Jesús, ni la Resurrección de Jesús, son acciones independientes. Se trata de una única y misma acción: sin Muerte no habría habido Resurrección; pero sin Resurrección la Muerte tampoco nos habría servido para nada: “Si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe” (1Co 15, 14)
¿En qué consistió la Resurrección?
Resucitar no es revivir, no es una simple reanimación corporal. Lázaro revivió, volvió a la vida que tenía antes, y por eso tuvo que someterse de nuevo a la muerte. Resucitar es vencer definitivamente a la muerte, es alcanzar la vida en plenitud.
No hay ningún texto en los evangelios, que nos describa el hecho mismo de la Resurrección. La Resurrección de Jesús es definitiva y para siempre. Jesús entra en otra dimensión de vida, la vida divina, aquella es indescriptible y está fuera de cualquier alcance histórico.
Para, Jesús, supuso su rehabilitación, su glorificación. Con la Resurrección, el Hijo, fue glorificado por el Padre (Rm 1, 4), ‘Señor y Cristo’ (Hch 2, 36); ‘cabeza y salvador’ (Hch 5, 31); ‘juez y señor de los vivos y los muertos’ (Hch 10, 42) Habiendo retornado al Padre (Jn 20, 17), puede dar ahora a los hombres el Espíritu prometido (Jn 20, 22) Así se revela el sentido profundo de su vida terrena; ésta era la manifestación de Dios acá en la tierra, de su amor, de su gracia, ‘abolió la muerte y sacó a la luz la vida’ (2Tm 1, 10)
4. LOS CUATRO EVANGELIOS
a) EVANGELIO DE MARCOS

El Evangelio de Marcos es el segundo y el más breve de los evangelios incluidos en el Nuevo Testamento. Según la opinión mayoritaria, es el más antiguo de los cuatro evangelios canónicos, aunque no existe acuerdo sobre la fecha de su composición: suele datarse entre los años 65 y 75, pero algunos autores son partidarios de una datación más temprana.
Su autor es desconocido, aunque una tradición cristiana tardía lo atribuye a Marcos, personaje citado en otros pasajes del Nuevo Testamento (Hch 12, 12.25; 15, 37.39; Col 4, 10; Fil 1, 24; 1Pe 5, 13). Narra la vida de Jesús de Nazareth desde su bautismo por Juan el Bautista hasta su resurrección.
b) MARCOS Y EL PROBLEMA SINÓPTICO
Existe una estrecha relación entre los tres evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas). De los 662 versículos que componen el Evangelio de Marcos, 406 son comunes tanto con Mateo como con Lucas, 145 sólo con Mateo y 60 sólo con Lucas. Únicamente 51 versículos de Marcos no tienen paralelo en ninguno de los otros dos sinópticos.
La tradición cristiana había establecido que el evangelio más antiguo era el de Mateo. Se había llegado a afirmar que el de Marcos era un resumen de los evangelios de Mateo y Lucas.
Weisse y Wilke, de modo independiente, en 1838 concluyeron que el evangelio de Marcos no era un resumen de Mateo y Lucas, sino que era anterior a ellos y más bien les había servido de fuente. Además, Weisse estableció la teoría de que existía una fuente común a Mateo y Lucas. Johannes Weiss, en 1890, denominó con la letra Q a esta fuente (de Quelle, que significa ‘fuente’ en alemán). La teoría de las dos fuentes fue analizada y sistematizada por Heinrich Julius Holtzmann.
La hipótesis más extendida para explicar la relación entre Marcos y los otros dos evangelios sinópticos, Mateo y Lucas, es hoy la teoría de las dos fuentes. Esto no quiere decir que todos los expertos la acepten, ni que no puedan oponérsele diversas objeciones. Hay bastante acuerdo, sin embargo, en que Marcos fue el primero de los cuatro evangelios en ser redactado.
c) AUTORÍA
Atribución a Marcos
No existen pruebas definitivas acerca de quién fue el autor de este evangelio. El texto no incluye ninguna indicación sobre su autoría.
La tradición cristiana, sin embargo, ha atribuido el evangelio a Marcos, discípulo de Pedro (Hch 12, 2) personaje citado en las epístolas de Pablo de Tarso (Col 4,10), en los Hechos de los apóstoles (Hch 12,12.25;15,37), donde es presentado como compañero de Pablo y en la primera epístola de Pedro, que lo llama "mi hijo" (1 Pedro 5:13)
La base de esta tradición se encuentra en algunas referencias de los primitivos autores cristianos a la idea de que Marcos puso por escrito los recuerdos del apóstol Pedro. Eusebio de Cesarea, que escribió a comienzos del siglo IV, cita en su Historia eclesiástica fragmentos de la obra hoy perdida de Papías de Hierápolis, de comienzos del siglo II. Papías, a su vez, remonta su testimonio a Juan el Presbítero:
“y el anciano decía lo siguiente: Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso (Eusebio, Hist. Ecl. III 39)
Hacia el año 180, Ireneo de Lyon, escribió:
“Tras su partida la muerte de Pablo y Pedro, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, recogió por escrito lo que había sido predicado por Pedro” (Ireneo, Adversus Haereses 3.1.1)
El apologista Justino Mártir cita una información que se encuentra también en el Evangelio de Marcos diciendo que son las memorias de Pedro (Dial. 106.3). En Hechos 10, 34-40, el discurso de Pedro resume las líneas generales del Evangelio de Marcos. Por otro lado, no parece haber ninguna razón por la cual los primitivos cristianos tuvieran que adjudicar la autoría de este evangelio a un personaje oscuro que no fue discípulo directo de Jesús, en lugar de atribuírsela a uno de los apóstoles.
Parece demostrado que antes de la escritura de este evangelio circulaban ya oralmente breves relatos sobre Jesús y sus dichos ("perícopas"), y que el autor recopiló estos materiales heterogéneos.
Indicios textuales sobre la autoría
El autor, se trate o no de Marcos, parece ser que se dirige predominantemente a pagano-cristianos, más que a judeocristianos. Cada vez que emplea un término en hebreo o en arameo, lo traduce al griego (Mc 1, 23; 5, 41; 15, 22.34), lo que hace suponer que se dirige a una audiencia no familiarizada con estos idiomas. Utiliza la traducción al griego de la Biblia, la Biblia de los Setenta, y no su versión original hebrea, y no está familiarizado con la geografía de Palestina.
Citas de la Biblia griega
El evangelista utiliza en algunas de sus citas y expresiones la versión griega de la Biblia, en lugar de usar la versión hebrea o aramea, como sería de esperar en un judío originario de Judea.
• En Mc 6, 4 la discusión de Jesús con los fariseos sigue la versión griega al citar el texto de Isaías 29,13, que es marcadamente diferente en el original hebreo.
• En Mc 7:32 cura a un sordo «tartamudo», cuando lo natural es que fuera un sordomudo. La palabra «tartamudo» no se encuentra en la versión aramea de la Biblia aunque sí en la versión griega (Isaías 35, 3-6) xxx
LUGAR DE COMPOSICIÓN: Probablemente se escribió en Roma. Entre los años 50-60. Mc no conoce aún la destrucción de Jerusalén.
DESTINATARIOS: se escribió para pagano cristianos. Trae pocas citas del AT.
CONTENIDO
 Tiene 16 capítulos
 Según la Biblia de Jerusalén contiene las siguientes secciones:

V. Preparación del ministerio de Jesús (1, 1-13)
V. Ministerio de Jesús en Galilea (1, 14 – 7, 23)
V. Viajes de Jesús fuera de Galilea (7, 24 – 10, 52)
V. Ministerio de Jesús en Jerusalén (11, 1 – 13, 37)
V. La Pasión y la Resurrección de Jesús (14, 1 – 16, 20)
EVANGELIO DE MATEO
a) AUTOR: Un tal Mateo (según Papías hacia 130 d. C, un texto recogido por Ireneo, en Contra los herejes ) El autor muestra ser un judío palestinense que está perfectamente familiarizado con la geografía y topografía palestinense, su situación política, los partidos dentro del pueblo, las costumbres religiosas y profanas de los judíos. Solo Mt 9, 9, da al aduanero convertido el nombre de Mateo (10, 3) sería uno de los Apóstoles.
b) LUGAR DE COMPOSICIÓN: fue compuesto en Palestina y antes del año 70, la profecía de la destrucción de Jerusalén está formulada de modo que no podía hacerse cumplido todavía (24, 15-22)
c) DESTINATARIOS: Judeocristianos de Palestina.
d) CONTENIDO
 Contiene 28 capítulos
 Según la Biblia de Jerusalén, tiene las siguientes secciones:

IV. Nacimiento e infancia de Jesucristo (1, 1 – 2, 23)
IV. Promulgación del Reino de los Cielos
2. Sección narrativa (3, 1 – 4, 25)
2. discurso evangélico (5, 1 – 7, 29)
IV. Predicación del Reino de los Cielos
0. Sección narrativa: Diez Milagros (8, 1 – 9, 38)
0. Discurso Apostólico ( 10, 1 – 42)
IV. El misterio del Reino de los Cielos
1. Sección narrativa ( 11, 1 – 12, 50)
1. Discurso parabólico (13, 1 – 52)
IV. La Iglesia, primicias del Reino de los Cielos
0. Sección narrativa (13, 53 – 17, 27)
0. Discurso eclesiástico (18, 1 – 35)
IV. Próxima venida del Reino de los Cielos
0. Sección narrativa ( 19, 1 – 23, 39)
0. Discurso escatológico (24, 1 – 25, 46)
IV. Pasión y Resurrección (26, 1 – 28, 20)
EVANGELIO DE LUCAS
a) AUTOR: Un tal Lucas (Según Justino) Amigo íntimo de Pablo. Se cree que era médico, por las descripciones que da de las enfermedades.
b) LUGAR DE COMPOSICIÓN: La mayoría de críticos aceptan Roma. Hacia el año 70.
c) DESTINATARIOS: Dedicado a un tal Teófilo. Pero se destina a un círculo más amplio, a los cristianos venidos de la gentilidad. Pasa por alto todas las cuestiones que sólo tienen valor e interés para judeocristianos (p.e. Mt 15, 1-20; Mc 7, 1, 23) y pone bien a los gentiles (7, 1-10; 10, 28-37).
d) CONTENIDO
 Contiene 24 capítulos
 Según la Biblia de Jerusalén, se divide en las siguientes secciones:
Prólogo (1, 1-4)
. Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesús (1, 5 – 2, 52)
. Preparación del ministerio de Jesús (3, 1 – 4, 13)
. Ministerio de Jesús en Galilea (4, 14 – 9, 50)
. La subida a Jerusalén ( 9, 51 – 19, 27)
. Ministerio de Jesús en Jerusalén (19, 28 – 21, 38)
. La Pasión (22, 1 – 23, 56)
. Después de la Resurrección (24, 1 – 53)
EVANGELIO DE JUAN
) AUTOR: la tradición ha señalado a Juan el Apóstol como su autor. Razones internas lo confirman. El autor está familiarizado con lugares (1, 18; 2,1; 3, 23), tiempos (1, 28ss; 2,1; 3,2), personas (1, 40.44; 6, 71; 11, 2) y hechos (2, 6; 4, 28; 11, 20) de la vida de Jesús.
) FECHA DE COMPOSICIÓN: Hacia fines del s. I.


) FINALIDAD: para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y, creyéndolo tengan vida (20, 31) No se escribió con fines de propaganda cristiana entre los judíos, sino para lectores helenísticos, en cuyo ambiente no era demasiado fuerte las influencias judías. Explica con frecuencia costumbre judías (2, 6; 4, 9; 19, 40) traduce palabras arameas y hebreas (1, 38. 41ss; 9,7) Tiene una tendencia antijudía, por haber rechazado a Jesús (1, 2; 3, 2ss; 12, 37s)
) CONTENIDO
Prólogo (1, 1-18)
El ministerio de Jesús
1. El anuncio de la nueva economía
b) La semana inaugural (1, 19 – 51)
b) La primera Pascua (2, 13 – 4, 54)
1. Segunda fiesta en Jerusalén (Primera oposición a la revelación) 5, 1 – 47
1. La Pascua del Pan de vida (Nueva oposición a la revelación) 6, 1 - 71
1. La fiesta de las tiendas (La gran revelación mesiánica. La gran repulsa) 7, 1 – 10, 21
1. La fiesta de la dedicación (La decisión de matar a Jesús) 10, 22 – 11, 54
1. Fin del ministerio público y preliminares de la última Pascua 11, 55 – 12, 50
La gran hora de Jesús
La Pascua del Cordero de Dios

5. La última cena de Jesús con sus discípulos (13, 1 – 17, 26)
5. La pasión (18, 1 – 19, 42)
5. El día de la Resurrección (20, 1 -29)
5. Primera conclusión (20, 30-31)
Epílogo (21, 1- 15)

5. HECHOS DE LOS APÓSTOLES
El Libro
Todo cristiano sabe que el cristianismo comenzó con Jesús, en Galilea, cuando Juan predicaba un bautismo de conversión, y es a Jesús a quien remitían siempre aquellos primeros discípulos.
Esto es lo que se trata en Hechos 10, 34-41, no se olvida casi nada:
- Los comienzos de Jesús, vinculado a un movimiento de corte popular y escatológico (es decir, esperaba la llegada inminente del fin del mundo).
- Su actividad, caracterizada por los signos portentosos que le acreditaban como el enviado de Dios, lleno del Espíritu Santo.
- Veladamente alude al grupo de los discípulos que Jesús congregó en torno a sí (nosotros somos testigos de esto: v. 39), para que le acompañaran y continuaran su misión (Mc 3, 13-19 y par.).
- Finalmente, su muerte y resurrección: el momento culminante de toda su vida, el testimonio irrevocable de que, en Jesús, Dios había manifestado su poder, y el contenido fundamental de la buena noticia que ellos predicaban (el Kerigma).
Tal como testimonia el libro de Hechos el cristianismo, por paradójico que parezca tuvo una expansión muy rápida a partir de la expulsión de los cristianos de Jerusalén después de la muerte de Esteban (Hech 8, 1), primero iban donde los judíos (Hech 11, 19-24). El impulso fundamental de los primeros discípulos nacía de esta convicción: Jesús estaba vivo después de su muerte. Ellos le han visto y dan testimonio de ello (Hech 10, 40-41). Impulsados por el Espíritu Santo y acusiados por la persecución, anuncian esta buena noticia, que se va extendiendo: primero en Jerusalén, después en Judea y Samaria, y hasta los confines del mundo (Hech 1, 8). Poco a poco, y, gracias a la actividad incansable y entusiasta de estos primeros misioneros cristianos van naciendo comunidades, no sólo en Palestina, sino en todo el imperio. Pablo, sus colaboradores, y las comunidades que fundaron, son un ejemplo de ello.
Esta primera expansión planteó a los primeros cristianos tres interrogantes:
- Al abrirse a otras culturas y salir del ámbito judío, tuvieron que preguntarse si el cristianismo era algo más que una secta judía (Hech 15, 1-35). El resultado fue la apertura a todos los pueblos y el nacimiento de distintas formas de vivir la fe en Jesús que están reflejadas en los demás escritos del NT.
- En esta expansión el cristianismo pasó de ser un movimiento rural e itinerante, a ser un movimiento urbano y estable. Y ello trajo consigo numerosas adaptaciones.
- Al extenderse y ampliarse el número de los creyentes, éstos sintieron la necesidad de una cierta organización. Hechos refleja esta preocupación en el papel tan importante que concede al grupo de los doce. Ellos son los que confirman y supervisan el nacimiento de la nuevas comunidades (Hech 11, 22) y su modo de vida (Hech 15, 1-2).
En los primeros capítulos de Hechos hay tres resúmenes de como era la vida en el seno de las comunidades cristianas (Hech 2, 42-46; 4, 32-37; 5, 12-16). Leyéndolos puede dar la impresión de que todo en ellas era fácil y armonioso. Sin embargo, otros textos hablan también de conflictos y tensiones, que vienen tanto de fuera como de dentro.
- Persecuciones: 4, 1-2; 7, 54- 8, 3.
- Divisiones: 15, 1-2. 36-41.
- Anuncio cristiano: 2, 4ss
- Catequesis: 2, 42.
- Comunión de vida y bienes: 2, 44-45.
- Celebración, sobre todo la oración y la eucaristía, el bautismo: 1, 23-26; 2, 46-47; 2, 41
.
Resúmenes

Revisando la primera parte de Hech se encuentran tres grandes resúmenes o “sumarios”: 2, 42-47; 4, 32-35 5, 12-16. Los tres se refieren a la vida de la Iglesia en términos genéricos e idealizados. Al compararlos se observa que muchos rasgos se repiten. Es notorio, no sólo que resuman y generalicen aspectos ya mencionados, sino que repitan ciertos rasgos o temas en el mismo resumen: 2, 42/2,46; 4, 32/ 4, 34; 5, 12/ 5, 16.
Todos los resúmenes se deben a la pluma de Lucas: tienen su estilo y muestran acentos que ya le conocemos por su versión del evangelio. Eso no implica necesariamente que se los fantaseó o inventó. Lo que se descubre es que de acuerdo al estilo, al modo de composición y las acentuaciones, especialmente sobre la comunidad de bienes, son suyas. Además, ha sido Lucas quien los ha situado allí donde se encuentran: podía haberlos puesto en otro lugar o incluso haberlos omitido, porque son su propia composición.
El resumen en 2, 42-47 sobre la vida religiosa de la comunidad empalma con el v. 40s mediante el v. 41b v. 41b = v. 47b, y empalma con 3, 1ss mediante el v, 46a (referencia al templo). Es decir, este resumen sirve de puente entre esas dos escenas. El resumen sobre la comunidad de bienes, en 4, 32-35 idealiza la lección del relato sobre Bernabé en los v. 36s. e incluso es reafirmado por el relato sobre Ananías y Safira (5, 1-11). El resumen en 5, 12-16 sobre los portentos realizados por los apóstoles, empalma con lo que precede (5, 1-11) mediante el v. 12 y prepara para el relato de la aprehensión de los discípuos mediante los v. 15s. Estos tres resúmenes tienen como fin temático mostrar los efectos de Pentecostés.
Además de estos tres grandes sumarios, hay otros más breves. Algunos sirven para pasar de un relato a otro. Con ellos, en particular, Lucas creaba la impresión de una continuidad en el relato. Observe los verbos empleados (pretéritos de duración). Algunos sumarios sirven para cubrir lagunas cronológicas; otros generalizan una realidad, por ejemplo:

1:14 Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
2:41 Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas (personas).
2: 47b El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que iban siendo salvados.
5:42 Y no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Nueva de Cristo Jesús cada día en el Templo y por las casas.
6:7 La Palabra de Dios iba creciendo; en Jerusalén se multiplicó considerablemente el número de los discípulos, y multitud de sacerdotes iban aceptando la fe.
8:3 Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel. 8:4 Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra.
9, 31.42; 11,21; 12,24; 13, 48; 16,5; 17, 4.12; 18, 8; 19, 20;…
DISCURSOS

Una parte considerable de Hech está conformada por discursos –aproximadamente unos trescientos de sus casi mil versículos- lo pone en evidencia su importancia en la obra.
2. Dependiendo de la extensión que se estime como mínima para ser considerado como un “discurso”, hay al menos dos docenas de ellos .

Los más notorios, según la lista de Martín Dibelius en su estudio ya clásico sobre el tema, son los siguientes veinticuatro:

) Ocho en boca de Pedro:

0. 1, 16-22: Previo a la elección de Matías;
0. 2, 14-36: después de Pentecostés;
0. 3, 12-26: al pueblo tras la curación del paralítico;
0. 4, 8-12: autodefensa ante sanedrín;
0. 5, 29-32: nueva autodefensa ante el sanedrín;
0. 10, 34-43: en casa de Cornelio;
0. 11, 5-17: autojustificación por la conversión de Cornelio;
0. 15, 5-17: nueva defensa de la misión a los gentiles.

) Nueve en boca de Pablo

2. 13, 16-41: a los judíos y temerosos de Dios en Antioquía;
2. 14, 15-17: ante la multitud en Listra;
2. 17, 22-31: en el Areópago;
2. 20, 18-35: ante los ancianos de Éfeso en Mileto;
2. 22, 1-21: autodefensa ante los judíos en Jerusalén;
2. 24, 10-21: ante el procurador Festo;
2. 26, 22-23: ante el rey Agripa;
2. 27, 21-26: de aliento a la tripulación camino a Roma;
2. 28, 17-20: testimonio ante los judíos de Roma.

) En boca de diferentes personajes:

0. 5, 35-39: Gamaliel ante el Sanedrín;
0. 7, 2-53: Esteban ante los judíos;
0. 15, 13-21: Santiago en el “Concilio de Jerusalén”;
0. 19, 25-27: Demetrio en defensa de su negocio en Éfeso;
0. 19, 35-40: exhortación del secretario en Éfeso a su pueblo;
0. 24, 2-8: denuncia de Pablo por el abogado Tértulo;
0. 25, 14-21.24-27: Festo a Agripa acerca de Pablo.

Los discursos son muy variados, según el tema y el auditorio. Los hay de predicación misionera, de apología, de testimonio, de despedida. Solamente cuatro se dirigen a cristianos (1, 16ss; 15, 7ss; 20, 18ss), de los cuales el de Pablo en Mileto es sin duda el más importante y directo: los demás se dirigen sea a judíos, sea a paganos. No todos los discursos son de igual peso teológico. Algunos complementan las circunstancias del relato, por ejemplo, el de Festo a Agripa acerca de Pablo, mientras que otros son pequeños tratados teológicos, como el de Esteban.
Los discursos, como tantos diálogos, plegarias y pronunciamientos incluidos en Hech, aparecen como si hubieran sido espontáneos, improvisados pro el autor virtual, es decir, sin usar notas y respondiendo al momento. Sin embargo, si los leemos atentamente, es evidente que están bien sopesados y cuidadosamente compuestos, como su hubiesen sido previamente escritos…
2. Una de las preguntas fundamentales relacionadas a los discursos es si realmente han sido pronunciados por sus supuestos autores. La respuesta que se dé debe tener presente una serie de observaciones y consideraciones, que hay que detallar.
b) Todos los discursos son demasiado cortos y esquemáticos para haber sido pronunciados tal como los poseemos; leerlos no toma más de un par de minutos. Sin embargo, no se presentan como resúmenes sino como discursos oralmente pronunciados.
b) Desde el punto de vista formalmente lingüístico, no hay diferencia en el estilo entre un discurso que aparece en labios de Pedro y otro en labios de Pablo o Esteban, habida cuenta de la adaptación al contexto. Eso se comprende si Lucas, como tantos autores, le dio el tono y el sabor supuestamente tendría un determinado discurso en las circunstancias y ante el auditorio con el que se relaciona. Lo cierto es que el estilo corresponde al de Lucas.

Además, los discursos pronunciados en Judea habría sido en Arameo, pero los que están en el libro son de composición griega; no son producto de traducciones. Incluso las referencias y las citas bíblicas son de la versión griega, no de la hebrea de la Biblia. Según Hech 22, 2, Pablo habló “dialecto hebreo”, pero el discurso que se le a continuación es griego puro en sus giros expresiones.
b) En cuanto a los conceptos vertidos, en muchos se reconocen temas típicos de Lucas – ya desde Lc, que son familiares a cristianos (no judíos o paganos)- por ejemplo, la conformidad de la muerte de Jesús con el designio divino manifiesto en las Escrituras, la acusación de que los judíos han sido responsables de su muerte, la estrecha relación entre la resurrección de Jesús y el papel del testigo, Jesús como salvador. La teología de Pablo en los discursos de Hch no corresponde a la teología de que se lee en sus cartas.
b) No son los conceptos, sino el vocabulario mismo, con sus connotaciones, es propiamente cristiano, cargado de significación comprensible sólo al “ya iniciado”. Los discurso reflejan el punto de vista de Lucas y su valoración del locutor, de Pedro o de Pablo. En Hechos habla un Pablo Lucano.
b) Diferentes estudios han mostrado claramente que la estructura de los discursos es esencialmente la misma, sea quien fuere el que lo pronuncie, siempre que se trate de un mismo tipo de auditorio (judío o gentil) y un mismo propósito (predicación misionera, apología, polémica). Varios son a la vez testimonios y apologías, aspecto que se entretejen.

CONTENIDO
 Tiene 28 capítulos
 Según la Biblia de Jerusalén contiene las siguientes secciones:

Prólogo: La Ascensión (1, 1 – 11)

VII. La Iglesia de Jerusalén: 1, 12 – 5, 42
VII. Primeras misiones: 6, 1 – 12, 25
VII. Misión de Bernabé y Pablo. Concilio de Jerusalén: 13, 1 – 15, 35
VII. Misiones de Pablo: 15, 36 – 19, 20
VII. Fin de las misiones. El prisionero de Cristo: 19, 21 – 28, 28
Epílogo 28, 30 - 31